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miércoles, 9 de abril de 2014

Momentos previos a la ida del mejor

Indicios y preocupaciones 

Ayrton no conocía la muerte en las pistas y después del accidente de Ratzenberger y el incidente de Barrichello quedo muy impresionado. Fue muchas veces a ver el lugar del accidente y recorrió la pista a pie, comentaba que esta no tenia garantías, que no había dado una sola vuelta donde se sintiera seguro, que no existía la seguridad necesaria...
En las vueltas de clasificación del día previo al Gran Premio, la mala suerte rondeaba el circuito de Imola. Rubens Barrichello, girando el día viernes en los entrenamientos con su Jordan, tuvo un gran accidente contra las barreras de contención que por poco no le costo la vida, los médicos lograron salvarlo a tiempo. 

En las sesiones clasificatorias del sábado, la situación no mejoraba, el piloto austriaco Roland Rotzenberger sufría un gravísimo accidente en el cual se desprendía de su vida. A partir de estos hechos, Senna estaba totalmente tenso y preocupado. 

Citas:

·         El fin de semana estuvo cargado de señales. "Nunca le vi tan tenso...", explica Reginaldo Leme, periodista brasileño.

·         "El coche es... peor", resumía Senna. "Necesito controlarme, hago cosas con ese coche... a 320 kilómetros por hora", dijo preocupado. 

·         "¿Por qué no nos retiramos y nos vamos a pescar?", le dijo Sid Watkins, el médico de los pilotos, que lo quería como a un hijo.

·         "No puedo retirarme", contestó Senna. 

·         "No quería correr", asegura Leme.


·         Ayrton sabía que no debía correr, que no le esperaba un buen final, pero su corazón lo impulsaba a su destino y su pasión. 

 El choque fue seco, duro. Ron Dennis lloraba. Alain Prost, desde la cabina de prensa, se echaba las manos a la cabeza. No tenía ni un hueso roto, ni un moretón. Si la barra de suspensión le hubiera pegado unos centímetros arriba o abajo, hubiera sobrevivido. "Suspiró y su cuerpo se relajó. No soy religioso, pero pensé que su espíritu salía de su cuerpo", explicó Watkins, uno de los primeros en llegar. 

Su féretro recorrió São Paulo en un camión de bomberos, entre una multitud que lloraba su muerte: "Solo teníamos salud y un poco de alegría. Ahora la alegría se fue".


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