Gran Premio de San Marino 1994
Durante la temporada Senna seguía incomodo con el habitáculo del coche,
es por eso que se solicitó una modificación en el coche para que Ayrton pudiera
estar cómodo. Los mecánicos decidieron acortar la barra de dirección para darle
más espacio al habitáculo y que no manejara con los brazos incómodos. Patrick
Head sin revisar las acciones que habían hecho los mecánicos había soldado un
pedazo de varilla más corta y de otro diámetro a la original. Durante el Gran Premio de San Marino de 1994, en Imola el 1
de mayo de 1994 en el que Senna
como normalmente sucedía había logrado la pole se
produjo un gran accidente a la salida y tuvo que ingresar el coche de seguridad
que era mucho más lento que los coches en pista. Senna le hacia señas para que
aumentara la velocidad. Durante las vueltas 5-6 algo raro sucedía en su volante
ya que parecía que subía y bajaba en cada curva aunque muy poco. Cuando se
reanuda la carrera y sale el coche de seguridad, en la última vuelta, se veía
que el volante subía y bajaba cada vez más y Senna seguía conduciendo. En su
última vuelta doblando a la curva de Tamburello, a Senna se le cae el volante
debido a la rotura de la barra de dirección quedándose con el volante en las
manos. Logró reducir la velocidad de 314 a 211km/h pero ya era tarde: se le
acabó la pista e impactó contra el muro a una velocidad de 211 km/h. Como
resultado, una llanta salió disparada a presión, le golpeó en la cabeza y lo
dejó inconsciente. Además, una varilla de la suspensión le atravesó el casco y
la visera, ocasionándole fracturas en el cráneo con pérdida de masa encefálica.
Tras el accidente, Senna, con serias heridas en el cráneo, yació inconsciente a
la espera de que la carrera fuera abortada y la asistencia médica se acercara
hasta el vehículo. Fue necesario hacerle una traqueotomía al instante hasta que, minutos más tarde,
fue trasladado en helicóptero al hospital, donde permaneció en coma algunas
horas. Poco después, se produjo su muerte (hay muchas versiones también sobre
que su muerte se produjo instantáneamente ya
que los golpes ocurridos fueron mortales). Luego de
investigaciones intensivas se logro decir que lo que acabó con la vida de
Ayrton no fue la desaceleración brutal que resistió (equivalente a 4 veces la
fuerza de gravedad). La causa de la muerte habría sido el daño que sufrió en la
base del cráneo por causa de un brazo de suspensión, una barra de metal larga y
delgada que, todavía unida a la rueda, atravesó el casco y se clavo en la
cabeza del piloto como una flecha.
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